Si alguna vez te has preguntado por qué cuidar la salud intestinal es vital, una nueva investigación te dará la respuesta. Resulta que un intestino repleto de diferentes bacterias beneficia a los más pequeños, reduciendo el riesgo de desarrollar asma y alergias. Y esto, claro, tiene mucho que ver con esas bacterias «amigas» que residen en nuestros intestinos.
Presentado en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea en Milán, este estudio pone de manifiesto el papel crucial de la microbiota. Esos grupos de bacterias que conviven en nuestro intestino desde los primeros años de vida.
No solo ayudan en procesos vitales, como la síntesis de vitaminas y el fortalecimiento del sistema inmunitario, sino que, en ocasiones, también pueden estar detrás de algunos problemas de salud.
Un estudio revelador

A través del estudio Barwon Infant Study, iniciado en 2010, se monitoreó a 1074 bebés desde su nacimiento hasta su infancia. A partir de muestras fecales de estos pequeños, se investigó la evolución de su microbiota. Además, se comprobó si durante su primer y cuarto año de vida, habían desarrollado síntomas de asma o alergias.
Los resultados sorprendieron. Si a un año, la microbiota intestinal de un bebé era más madura, era menos propenso a mostrar sibilancias relacionadas con la alergia. Aunque aún no se conoce con certeza cómo una microbiota madura actúa como protectora, el estudio es optimista.
Los especialistas que participaron en este estudio, creen que al descubrir cómo esta microbiota potencia el sistema inmunitario, se pueden desarrollar estrategias para prevenir enfermedades alérgicas en el futuro.
Así, todos esperamos con interés los resultados del próximo estudio ARROW, que investigará si ciertas bacterias pueden proteger a los niños contra enfermedades respiratorias y alergias. Porque, al final, esos microorganismos en nuestro intestino podrían ser la clave para respirar aliviados. Literalmente.